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Una guía para comenzar el dia sin tener que despertarte a las 5AM. 🙂
Hay una presión silenciosa que muchas de nosotras sentimos: la de comenzar el día «de forma correcta», productiva, perfecta. Como si levantarse antes del amanecer, meditar, escribir, hacer yoga, beber un zumo verde y leer veinte páginas fuera el único camino al bienestar.
Pero la verdad es que no todas vivimos en silencio, con tiempo libre y un sol perfecto entrando por la ventana.
Algunas compartimos piso, vivimos en ciudades con ritmo acelerado o tenemos trabajos que no siempre nos permiten empezar el día con pausa.
Por eso, este artículo no es una rutina de moda. Es una invitación a crear la tuya, real, posible, fiel a tu cuerpo y a tus emociones porque una rutina no es una obligación.
¿Por qué una rutina de mañana?
Sorprendentemente porque es tu primer acto de amor del día. Porque cuando te despertáis decidís atenderte primero a vos…
Una rutina flexible puede ayudarte a:
- Despertarte con menos ansiedad y más propósito.
- Sentir que empezáis el día contigo, no apurada detrás del reloj.
- Nutrir tu mente, tu cuerpo y tu energía, incluso en 10 minutos.
- Crear un espacio emocional donde reencontrarte.
- Tomar mejores decisiones durante el día.
Cómo crear tu rutina Bloom de mañana
Diseñada para tu vida, tu ritmo y tu espacio
1. Planifica tu mañana la noche anterior

Antes de acostarte, dedica unos minutos a mirar con claridad tu día siguiente. ¿A qué hora tienes que estar en el trabajo o tu primer compromiso? ¿Vas a ducharte por la mañana? ¿Vas a preparar desayuno para ti o para alguien más?
Anticiparte te permite saber a qué hora deberías despertarte y desde ahí, decidir cuánto tiempo quieres y puedes regalarte. Quizá sólo tengas 10 minutos. Quizá 20. Quizá solo 5.
Y eso está bien. No se trata de tener mañanas perfectas ni de forzar un despertar idílico. Se trata de diseñar un inicio que sea amable contigo y con tu ritmo de vida.
2. Conecta con el presente antes de conectar con el mundo

Antes de comenzar toma una respiración profunda, abre la ventana, escucha los sonidos del exterior.
Siente el aire, la luz en tu piel, observa los detalles del espacio que te rodea.
Haz tu cama, acomoda tu rincón, prepara ese pequeño lugar que será tu refugio por unos minutos.
3. Mueve tu cuerpo con suavidad y presencia
Ya comenzaste a conectarte, ahora es momento de habitar tu cuerpo con cariño. Dirígete a tu rincón preferido —ese espacio donde te sientes en calma—enciende una vela o un sahumerio, bajá la luz, pon una playlist que te relaje. Haz que el ambiente te acompañe.

No hace falta una sesión completa de yoga. Unos estiramientos lentos, algunas posturas simples, un poco de movilidad en cuello, hombros y cadera…lo que tu cuerpo necesite hoy.

Este paso no es para exigirte, es para recordarte que estás viva.
4. Escribe lo que sientes: pensamientos y emociones

Después de moverte o meditar, puede que surjan emociones, ideas o incluso sensaciones inesperadas.
Este es el momento de dejarlo salir en papel.
No hace falta escribir mucho.
Puedes simplemente anotar lo que te venga:
- ¿Cómo me siento esta mañana?
- Hoy me gustaría: __________
- Hoy necesito recordarme que: __________
Al principio cuesta. No estamos acostumbradas a escucharnos sin filtros. Pero escribir es una puerta abierta a tu mundo interior.
Una forma de ver con más claridad y de cuidar lo que no decís en voz alta..
Escribir también es sanador. Te ayuda a reconocer lo que llevas dentro y a liberar lo que ya no necesitas.
5. Desayuna con conciencia y sin prisa

Ya conectaste contigo. Ahora toca nutrir tu cuerpo con la misma presencia.
Elegí un desayuno que te haga bien.
No tiene que ser perfecto ni instagrameable. Solo tiene que hacerte sentir ligera, cuidada y vital.
Opta por alimentos que te hagan sentir ligera, con energía, y evita lo que sabes que te irrita o te desequilibra. Una vez que lo tengas, procura estar sentada, sin pantallas y sin apuro. Siente el aroma, la textura, la temperatura. Hazlo tu momento especial.
Comer también puede ser un acto de respeto por tu cuerpo y todo lo que sostiene.
Volver a ti cada mañana es el primer paso para volver a florecer.
Ahora que ya estas lista para cambiar tus mañana, me hace ilusión compartir contigo la plantilla que diseñé para ayudarme —o más bien, motivarme— a que mi rutina de mañana sea más agradable y perdure en el tiempo.
Es una guía simple, y adaptable. Podes imprimirla y tenerla en tu mesita de noche o guardarla en tu iPad o móvil para tenerla siempre a mano.
📩 Descárgala gratis aquí (ENG/ES) la guía para hacer una rutina
Resumen
- Planifica tu mañana la noche anterior
- Conecta con el presente antes de conectar con el mundo
- Mueve tu cuerpo con suavidad y presencia
- Escribe lo que sientes: pensamientos y emociones
- Desayuna con conciencia y sin prisa
Porque cuando lo que te rodea te acompaña… lo que llevas dentro también se ordena.
Crear una rutina de mañana no es solo una cuestión de hábitos. Es una declaración de amor hacia ti misma. Es elegir comenzar el día desde el centro, no desde el caos. Y aunque algunas mañanas no salgan como esperas, el simple hecho de tener un espacio —por pequeño que sea— donde volver a vos, ya es transformación.
Ojalá esta guía y la plantilla te sirvan para dar ese primer paso. Uno suave, posible, y profundamente tuyo.
Gracias por estar acá
Por tomarte el tiempo para leer, de inspirarte y cuidarte.
Bloom Routine existe para recordarte que no estás sola en este camino y que volver a ti siempre es una buena idea.
Hasta el próximo encuentro,
Bloom Routine
Descarga GRATIS la guía que te ayudará a crear una rutina adecuada para ti.

